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ACT: Juana Hofman, Andrés Ruíz, Juanita Londoño, Luís Bernardo Cano, José Luis Maestre Montero.
IGAC: Gustavo Adolfo Marulanda, Anderson Puentes Carvajal, Daniel Ojeda Cruz, Giovanny Morales, Ángela Cogua Gómez, Ingrid Daniela Velasco Ochoa, Juan Sebastián Rivera Ramos, Sebastián Mayorga Patiño, Simón González Ticora, David Hernando Bello Ladino, Laura Valentina Peña Chica, Elkin Josué Góngora Leal.
El Corazón del Mundo: Cosmogonía, Territorio y Ley de Origen del Pueblo Kogui
El pueblo kogui, también conocido como kággaba, habita ancestralmente la Sierra Nevada de Santa Marta, territorio sagrado que constituye el corazón espiritual y ecológico de su existencia.Su origen no se concibe como un punto histórico lineal, sino como una emanación cosmológica que vincula el mundo visible con el mundo espiritual, a través de Aluna: el principio invisible que da forma a todo lo existente. Desde este fundamento, los kogui organizan su vida en torno a la Ley de Origen, un sistema de conocimiento ancestral que regula las relaciones entre seres humanos, elementos naturales y entidades espirituales. Esta ley no es una norma escrita, sino una estructura espiritual que fue entregada por la Madre Universal en el tiempo de Sé, cuando todo era oscuridad. En ella se establecen los principios que rigen la vida, el uso del territorio, la organización social, los ciclos vitales y las prácticas rituales. Cada elemento del mundo —animal, planta, piedra, río o palabra— tiene un propósito, una función y un espíritu, y debe ser tratado con respeto, reciprocidad y cuidado.
Cada sitio sagrado —laguna, cerro, desembocadura o piedra— está habitado por una jaba (madre) o un jate (padre), figuras teofóricas que custodian el equilibrio del territorio. Estos lugares no son meramente geográficos, sino nodos de conexión entre los ezwamas (espacios de poder espiritual) y las prácticas rituales que sostienen la salud, la fertilidad, la memoria y la armonía comunitaria. Shi, el hilo sagrado, entreteje estos vínculos, marcando el orden del mundo a través de pagamentos, cantos, objetos rituales y ciclos vitales.
El origen lingüístico de los nombres que designan estos sitios revela una profunda relación entre el habla, el paisaje y la espiritualidad. Morfemas como -kaka (boca), zhi, -man (connotación sagrada) y -lue (clasificador de lo húmedo) configuran una toponimia cargada de sentido, donde cada palabra es una ofrenda, una memoria y una guía. Así, el pueblo kogui no solo nombra su territorio: lo activa, lo honra y lo protege mediante una narrativa oral que trasciende generaciones.
En este entramado simbólico, el origen del pueblo kogui se actualiza constantemente a través de sus prácticas, sus relatos y su resistencia frente a las transformaciones del paisaje. La Sierra Nevada no es solo su hogar: es su cuerpo, su madre, su archivo espiritual. Y en cada pagamento, en cada canto, en cada hilo, se reafirma el principio de que todo lo que existe tiene alma, propósito y vínculo con el origen.
¿Quiénes son los kogui?
El pueblo kogui, autodenominado kággaba, se reconoce como parte de los Hermanos Mayores, encargados por la Madre Universal de custodiar el equilibrio del mundo. Su existencia está ligada a la Sierra Nevada de Santa Marta, concebida como el Corazón del Mundo y como el escenario donde Aluna, el principio espiritual, ordenó la vida y estableció las normas para convivir con todos los seres. La Ley de Origen guía cada aspecto de su existencia, desde la siembra hasta los rituales, recordando que todo elemento de la naturaleza es persona y tiene espíritu.
En este marco, la Sierra no es únicamente un espacio geográfico, sino un cuerpo vivo compuesto por lagunas, ríos, piedras y montañas que hablan, sienten y orientan a la comunidad. En este entramado, Gonawindua, el nevado más alto de la Sierra, es considerado el sitio de mayor autoridad espiritual. Es el lugar donde se concentran el inicio, el desarrollo y el final de todo lo existente. Se le entiende como un banco de memoria y centro de información que vigila y regula a todas las demás lagunas, montañas y espacios sagrados. Gonawindua es, en sí misma, una mamo: autoridad espiritual que orienta y protege el orden del mundo. A sus faldas y en sus alturas se realizan los pagamentos mayores, y los mamos más fuertes espiritualmente son los encargados de acudir allí para pedir permiso y mantener el equilibrio.
Junto a Gonawindua, existen otros lugares sagrados, guardianes de linajes y portadores de memoria ancestral que sostienen aspectos específicos de la vida comunitaria y del territorio. Estos espacios son a la vez archivos espirituales y centros de regulación natural, donde los mamos dialogan con las jabas y jates que habitan en cada sitio.
Al mismo tiempo, se encuentran espacios de asentamiento comunitario como Segokteiuman, Shinawinaka y Sangramena, donde la vida cotidiana se enlaza con la espiritualidad. Allí, los trabajos colectivos, los ciclos vitales y la organización social se integran al mismo principio: vivir en armonía con la Ley de Origen. Estos espacios muestran que para los kogui no existe una división tajante entre lo sagrado y lo comunitario: toda acción, desde el trabajo agrícola hasta la construcción de una casa, tiene una dimensión espiritual que asegura la continuidad de la vida.
¿Quién nombra y organiza el territorio?
Los nombres del territorio kogui no surgen de un simple acto humano, sino de la interacción entre los Padres y Madres espirituales, los mamos y la comunidad. Cada sitio sagrado es habitado por una jaba o un jate que custodia un principio de vida: la madre de los metales, la madre de las enfermedades, la madre de los materiales negros, el padre de los animales o el guardián del agua. A ellos se les hace pagamento, se les consulta y se les reconoce como dueños espirituales del lugar.
El hilo sagrado, el Shi, conecta todos los espacios de la Línea Negra —Jaba Séshizha—, formando una red de caminos invisibles que estructuran el orden del universo. Este hilo también se revela en los nombres: cuando el sonido shi aparece en un topónimo, se activa el vínculo entre lengua y espiritualidad, recordando que palabra y cosmos son una misma esencia. La toponimia kogui es entonces una forma de gobierno espiritual: nombra para ordenar, activa para equilibrar, recuerda para proteger.
Los mamos, como guías, heredan de los ancestros la capacidad de dialogar con las jabas y jates, interpretando los mensajes del agua, del viento, de las piedras y de los astros. Ellos son quienes aseguran que el orden espiritual se cumpla, consultando en los nujué (casas de pensamiento) y realizando los pagamentos que retribuyen a la naturaleza lo que se toma de ella. De este modo, la organización del territorio se mantiene viva en cada ciclo de siembra, en cada ceremonia y en cada canto, reafirmando que la Sierra Nevada es un mapa espiritual inscrito en el lenguaje, la memoria y la práctica ritual.